La libertad es un concepto difícil de definir pero fácil de
entender. Si se lo preguntamos a un grupo promedio en cualquier sitio, siempre
tendrán una definición distinta cada uno, según lo religioso, dogmático,
liberal, comunista, financiero, abogado que sea cada individuo pero la clave
que se repetirá en común será la de elección libre. Un religioso hablará del
albedrío, un dogmático hablará de condiciones innatas, un liberal hablará de no
intervencionismo del estado, un comunista hablará de la necesidad de eliminar
la opresión para que las masas dirijan su destino colectivamente a su elección,
un financiero nos hablará de libre contratación, un abogado hablará de lo que
un papel nos permite hacer o no… Hay tantos conceptos pero la elección libre es
la verdadera libertad, la obligación del resto de aceptar y respetar nuestra
elección. O al menos eso es lo que se cree dentro de cualquier sociedad. Ya en
la práctica es totalmente distinto y la sola existencia de una sociedad
organizada en un estado limita esa libertad de la que todos están orgullosos. Las
utopías reinan y otra vez vivimos en el mundo de las ideas.
Los comunistas
libres del consumismo insensible y los capitalistas libres de comprar lo que
quieran. Los comunistas TIENEN que
trabajar para el colectivo o sino no tienen derecho a nada, es más su actitud es
casi delincuencial, moralmente reprochable, puedes morir en la cárcel por el
delito de no ser solidario, libertad cortada. Los capitalistas TIENEN que hacer
dinero, no importa cómo, osino no pueden comprar nada y puedes morir de hambre,
a nadie le importa, libertad cortada. Voy al extremo de estos sistemas. Cada
sistema tiene sus contradicciones y a la final, ya en la realidad, la libertad
no existe en ninguno. Dios te da albedrío pero si no haces lo que te manda en
sus libros, “verdades” reveladas o cualquier otra forma de decirte que es lo
que TIENES que hacer para vivir bien, te irá mal (infierno, karma, otra vida triste,
penurias post mundanas, etc.). El estado te da libertad dentro de los límites
que se le ocurra y le dé la gana según el gobernante de turno (o los poderosos
de turno) o las circunstancias del momento. A un estado no le interesan las
vidas de sus ciudadanos al punto que te obliga a ir a morir (guerra) por un
concepto o idea inventada (patria) que realmente no tiene ningún fundamento
lógico. Te hacen creer que estás seguro porque existen normas escritas en
piedra. Lo que no te cuentan es que las piedras las hacen ellos, ellos las
escriben y ellos desaparecen esas piedras cuando lo necesitan. Son solo un
grupo de seres humanos sobreviviendo sin importar nada más que sus propias
vidas y las de los suyos. ¿Crees que porque la constitución de tu país te reconoce
“libertad” o porque tu dios te la ha concedido, tú la tienes? Si así es deja de
leer en este instante estas líneas, ¿Que podría darte yo?, márchate antes de
que te quite algo mas bien. Voy a transcribir un capitulo la obra maestra Así habló Zaratustra de Nietzsche para
quien pueda entenderlo.
“Zaratustra bajó solo
de las montañas sin encontrar a nadie. Pero cuando llegó a los bosques surgió
de pronto ante él un anciano que había abandonado su santa choza para buscar raíces
en el bosque. Y el anciano habló así a Zaratustra:
No me es desconocido
este caminante: hace algunos años pasó por aquí. Zaratustra se llamaba; pero se
ha transformado. Entonces llevabas tu ceniza a la montaña: ¿quieres hoy llevar
tu fuego a los valles? ¿No temes los castigos que se imponen al incendiario? Sí,
reconozco a Zaratustra. Puro es su ojo, y en su boca no se oculta náusea alguna.
¿No viene hacia acá como un bailarín? Zaratustra está transformado, Zaratustra
se ha convertido en un niño, Zaratustra es un despierto1: ¿qué quieres hacer
ahora entre los que duermen? En la soledad vivías como en el mar, y el mar te
llevaba. Ay, ¿quieres bajar a tierra? Ay, ¿quieres volver a arrastrar tú mismo
tu cuerpo?
Zaratustra respondió:
«Yo amo a los hombres.»
¿Por qué, dijo el
santo, me marché yo al bosque y a las soledades? ¿No fue acaso porque amaba
demasiado a los hombres? Ahora amo a Dios: a los hombres no los amo. El hombre
es para mí una cosa demasiado imperfecta. El amor al hombre me mataría.
Zaratustra respondió: «
¡Qué dije amor! Lo que yo llevo a los hombres es un regalo.»
No les des nada, dijo
el santo. Es mejor que les quites alguna cosa y que la lleves a cuestas junto
con ellos - eso será lo que más bien les hará: ¡con tal de que te haga bien a ti!
¡Y si quieres darles algo, no les des más que una limosna, y deja que además la
mendiguen!
«No, respondió
Zaratustra, yo no doy limosnas. No soy bastante pobre para eso.»
El santo se rió de
Zaratustra y dijo: ¡Entonces cuida de que acepten tus tesoros! Ellos desconfían
de los eremitas y no creen que vayamos para hacer regalos. Nuestros pasos les
suenan demasiado solitarios por sus callejas. Y cuando por las noches, estando
en sus camas, oyen caminar a un hombre mucho antes de que el sol salga, se
preguntan: ¿adónde irá el ladrón? ¡No vayas a los hombres y quédate en el
bosque! ¡Es mejor que vayas incluso a los animales! ¿Por qué no quieres ser tú,
como yo, - un oso entre los osos, un pájaro entre los pájaros?
« ¿Y qué hace el santo
en el bosque?», preguntó Zaratustra.
El santo respondió:
Hago canciones y las canto; y, al hacerlas, río, lloro y gruño: así alabo a
Dios. Cantando, llorando, riendo y gruñendo alabo al Dios que es mi Dios. Mas
¿qué regalo es el que tú nos traes?
Cuando Zaratustra hubo
oído estas palabras saludó al santo y dijo: « ¡Qué podría yo daros a vosotros!
¡Pero déjame irme aprisa, para que no os quite nada!» -Y así se separaron, el
anciano y el hombre, riendo como ríen dos muchachos.
Más cuando Zaratustra
estuvo solo, habló así a su corazón: ¡Será posible! ¡Este viejo santo en su
bosque no ha oído todavía nada de que Dios
ha muerto!”
La verdadera
libertad está en tu interior, la libertad de simplemente ser. La libertad de
entender que no eres tu pensamiento, no eres tus recuerdos, no eres tus instintos,
sino eres presente. La libertad está en poder discernir e ir más allá del
pensamiento. Pero no la desees que si la deseas nunca la obtendrás. Viene con
observación y entendimiento. ¿Eres libre? ¿Seguro? ¿Puedes dejar de sufrir a
voluntad y ser feliz sin ningún motivo? ¿Puedes usar al pensamiento como
instrumento y no creerte tu pensamiento?