¿Quién eres tú? No, no me sigas tu nombre sino ¿Quién eres? ¿Escuchaste alguna vez esta fábula? Te la cuento en caso de que no.
Un maestro le pregunta a su pupilo: -¿Quién eres?-
-¿Cómo que quien soy?
¡Soy Juan Pérez, tu discípulo!-
- No te pregunté ni cómo te llamas ni qué relación tienes
conmigo, te pregunté ¿Quién eres?-
- Pues, en ese caso… Soy una persona sensible, alegre,
cordial…
-Detente, no pregunté qué te caracteriza o como es tu
personalidad, te pregunte ¿Quién eres?-
- Maestro… Soy un ser
que vive en un planeta autodenominado “Tierra” que….
- No te pregunte tampoco que crees que eres o donde crees
que existes, te he preguntado ¿Quién eres?
- Maestro… Que más podría contestarle… Me he quedado sin ideas…
no me viene ningún otro pensamiento
- Ahora sabes quién eres.
Me tomé la libertad de inventarme el final. De modo didáctico.
No me suele gustar lo hermético. La fabula original nos transporta a un circulo
infinito de preguntas y respuestas esperando que quien la lea sepa interpretar
el mensaje. Lo malo de esto es que normalmente nuestros pensamientos están muy
ocupados en otras cosas y no se toman la molestia de entender y pasan al
siguiente tema. Y luego pasa a otro pensamiento. Y luego otro. El pensamiento
es algo caótico, impermanente. Pero hay un problema con el pensamiento, así
como sirve para resolver problemas es principalmente el mismo el que los crea.
El sufrimiento (no el dolor físico sino el dolor “mental”) es causado por él.
Los asuntos externos no te afectan a ti sino
a tu pensamiento. Tu pensamiento se cree tú, o más bien dicho, estás
condicionado a creerte tu pensamiento. Pero no eres tu pensamiento. Tu pensamiento
es definible. Tú no lo eres. El pensamiento es ideas, ideales, recuerdos
agradables, traumas, prejuicios, crítica, etc.… Tú eres algo indecible, las palabras son también pensamiento. El
pensamiento es un algo, tú no. Es un sistema mecánico con engranajes (ideas,
recuerdos). Cuando hay un silencio absoluto en tu mente, cuando el hecho de
pensar en si dejaste prendido el horno ni importa ni no importa, ese eres
realmente tú. Y no te das cuenta. No es tu culpa. Ya te lo dije la tradición y
la sociedad te han condicionado. Pero es realmente sencillo despejarte de eso.
Sólo vive este momento. Una vez que tienes la oportunidad de entender, de
observar comprendes todo en su totalidad y ya no lo eres más.
El pensamiento
como algo físico entiende completamente y se da cuenta que no eres tú, sino que
está a tu servicio. Tal cual los animales, usan su pensamiento cuando lo
necesitan. Tienes una percepción en la que no influye el pensamiento, esta
percepción es total. Todo el universo está viviendo este presente. Este
presente existe en todo el universo simultáneamente. Cuando percibes eso,
entiendes que todo es uno. No es un dios. No existe tal conciencia superior a
la tuya. Tú eres la única conciencia en el universo, en tu universo. Este es tu
universo. Lo objetivo existe en otro plano, si es que existe. No lo sabes ni lo
sé ni nos interesa (o no debería interesarnos). Este universo es de lo
subjetivo. Lo único de lo que puedes estar seguro es de lo que percibes. Trata
de responder la pregunta, ahora sí, con correcto entendimiento ¿Quién eres?
¿Entiendes lo que
digo ahora?
Muy bueno el divague mental que tenés. Me deberías decir que fumas ;-)
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