viernes, 4 de abril de 2014

De lo indecible




¿Quién eres tú? No, no me sigas tu nombre sino ¿Quién eres? ¿Escuchaste alguna vez esta fábula? Te la cuento en caso de que no.

Un maestro le pregunta a su pupilo: -¿Quién eres?-
 -¿Cómo que quien soy? ¡Soy Juan Pérez, tu discípulo!-
- No te pregunté ni cómo te llamas ni qué relación tienes conmigo, te pregunté ¿Quién eres?-
- Pues, en ese caso… Soy una persona sensible, alegre, cordial…
-Detente, no pregunté qué te caracteriza o como es tu personalidad, te pregunte ¿Quién eres?-
-  Maestro… Soy un ser que vive en un planeta autodenominado “Tierra” que….
- No te pregunte tampoco que crees que eres o donde crees que existes, te he preguntado ¿Quién eres?
- Maestro… Que más podría contestarle… Me he quedado sin ideas… no me viene ningún otro pensamiento
- Ahora sabes quién eres.

Me tomé la libertad de inventarme el final. De modo didáctico. No me suele gustar lo hermético. La fabula original nos transporta a un circulo infinito de preguntas y respuestas esperando que quien la lea sepa interpretar el mensaje. Lo malo de esto es que normalmente nuestros pensamientos están muy ocupados en otras cosas y no se toman la molestia de entender y pasan al siguiente tema. Y luego pasa a otro pensamiento. Y luego otro. El pensamiento es algo caótico, impermanente. Pero hay un problema con el pensamiento, así como sirve para resolver problemas es principalmente el mismo el que los crea. El sufrimiento (no el dolor físico sino el dolor “mental”) es causado por él. Los asuntos externos no te afectan a ti sino a tu pensamiento. Tu pensamiento se cree tú, o más bien dicho, estás condicionado a creerte tu pensamiento. Pero no eres tu pensamiento. Tu pensamiento es definible. Tú no lo eres. El pensamiento es ideas, ideales, recuerdos agradables, traumas, prejuicios, crítica, etc.… Tú eres algo indecible, las palabras son también pensamiento. El pensamiento es un algo, tú no. Es un sistema mecánico con engranajes (ideas, recuerdos). Cuando hay un silencio absoluto en tu mente, cuando el hecho de pensar en si dejaste prendido el horno ni importa ni no importa, ese eres realmente tú. Y no te das cuenta. No es tu culpa. Ya te lo dije la tradición y la sociedad te han condicionado. Pero es realmente sencillo despejarte de eso. Sólo vive este momento. Una vez que tienes la oportunidad de entender, de observar comprendes todo en su totalidad y ya no lo eres más. 

El pensamiento como algo físico entiende completamente y se da cuenta que no eres tú, sino que está a tu servicio. Tal cual los animales, usan su pensamiento cuando lo necesitan. Tienes una percepción en la que no influye el pensamiento, esta percepción es total. Todo el universo está viviendo este presente. Este presente existe en todo el universo simultáneamente. Cuando percibes eso, entiendes que todo es uno. No es un dios. No existe tal conciencia superior a la tuya. Tú eres la única conciencia en el universo, en tu universo. Este es tu universo. Lo objetivo existe en otro plano, si es que existe. No lo sabes ni lo sé ni nos interesa (o no debería interesarnos). Este universo es de lo subjetivo. Lo único de lo que puedes estar seguro es de lo que percibes. Trata de responder la pregunta, ahora sí, con correcto entendimiento ¿Quién eres?


¿Entiendes lo que digo ahora?

1 comentario:

  1. Muy bueno el divague mental que tenés. Me deberías decir que fumas ;-)

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